Llevamos tiempo hablando de transformación digital y, con ello, de innumerables conceptos relacionados -Data, open innovation, machine learning, customer experience…-, pero muchas compañías se pierden en el ruido terminológico y olvidan dar respuesta a la pregunta principal: ¿debo transformarme digitalmente? Y si lo hago, ¿lo harán mis empleados?
No debemos fustigarnos si no somos Netflix o IBM. No todas las empresas podemos serlo, pero sí podemos ser una empresa altamente innovadora y competitiva en nuestro sector si atendemos tres focos: el cliente, el empleado y la cultura corporativa.
El problema es conectarlo todo. La inteligencia de datos nos permite tener un conocimiento cada vez más alto de nuestros clientes, cómo son, cómo piensan y cómo se relacionan con nosotros. Pero la elación de ellos se torna ineficiente o deficiente si el conjunto de la organización no está orientado a ellos. Lo mismo nos pasa con nuestros empleados. Podemos invertir en tecnología, pero si nuestra organización no adquiere habilidades nuevas que permitan utilizar esos recursos para generar una experiencia de cliente más positiva, procesos más eficientes o ideas más innovadoras, el camino se trunca. O la cultura, porque si no cambiamos desde lo más profundo de nuestro ADN, ni daremos a los clientes la experiencia que demandan ni retendremos el talento que nuestra organización haya sido capaz de cultivar -nadie quiere trabajar hoy en día en una empresa caduca digital y tecnológicamente-.
Sirva un dato para entender la magnitud del problema: el Foro Económico Mundial predice que en los próximos cuatro años veremos 85 millones de puestos de trabajo desplazados y 97 millones de nuevos creados como consecuencia del impacto de la tecnología y el cambio en los hábitos de consumo de las personas. Muchos de esos nuevos roles profesionales requerirán habilidades completamente nuevas. Esto significa que para tener éxito las organizaciones deben centrarse desde ya, sin más tiempo, en el desarrollo de habilidades nuevas que sus empleados sean capaces de canalizar en pro del desarrollo global de la organización.
¿Por qué no una tecnología que aúne todo?
La respuesta a estas necesidades de transformación común, empresa y empleados, están en la formación continua, pero no en una formación convencional, sino en una formación ágil, compacta, experiencial, amena. Esto se puede encontrar en las nuevas plataformas denominadas LXP (Learning Experience Platform o Plataforma de Experiencias de Aprendizaje), plataformas de aprendizaje corporativo muy diferentes a los modelos clásicos LMS.
Un LXP (Learning Experience Platform) es una plataforma donde el foco está puesto en la experiencia del usuario, centrándose en la sencillez y facilidad de uso, en lo amigable de las interacciones, facilitando el encontrar los contenidos de manera que las personas (empleados y/o clientes) puedan armar su propia lista de interés y recibir sugerencias; esto hace que ellos sean protagonistas del contenido que quieran asimilar, casi de la misma manera que HBO o Netflix nos sugieren nuevas series a partir de nuestros intereses. Y ponemos estos ejemplos porque el contenido es fundamentalmente audiovisual, cápsulas formativas de 15 a 20 minutos que vienen acompañadas de tests dinámicos y contenidos complementarios que hacen que el empleado se forme entreteniéndose, como si de una plataforma bajo demanda se tratara.
El Big Data, el machine learning y el feedback del usuario están en el centro de todo. Es la manera de poder seguir creciendo y mejorando la formación a través del contenido, la personalización o la usabilidad. Las plataformas LXP analizan todo: tiempos de visionado, interacción con los tests, relación del usuario con otros contenidos, comentarios, etc. y redefine constantemente la propuesta formativa para dar respuesta al usuario.
MIG Embryonic es la propietaria de OGMIOS LXP, la tecnología LXP más innovadora del mercado, una solución presente ya en 35 países y que diariamente usan más de 300.000 profesionales de diferentes industrias en la adquisición de nuevas habilidades. Con esta tecnología, la compañía proporciona a sus empleados una herramienta radicalmente experiencial a través de la cual desarrollan programas de formación corporativos que se alimentan permanentemente del feedback de los empleados, todo ello a través de una APP multiplataforma que integra no solo programas formativos bajo demanda, itinerarios reglados o webinars, sino también una constante gamificación que estimula la experiencia formativa, una red social privada que permite interaccionar entre la organización y la posibilidad de desarrollar experiencias combinadas con clientes para un mayor conocimiento de los mismos.
Si quieres descubrir nuestra tecnología, puedes visitar nuestra página web www.mig-embryonic.com o www.ogmioslxp.com y solicitar una demostración sin compromiso.