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¡No es la tecnología, estúpido!

De acuerdo, no es muy original empezar un artículo modificando una frase célebre, pero es que nos viene al pelo para explicar el principal error de muchos procesos de transformación digital: confunden el medio y el fin, parecer con ser. 

Empecemos por los datos para aclarar un poco el contexto. Los líderes digitales logran un crecimiento de los beneficios 1,8 veces mayor que los que van más lentos en la digitalización y más del doble del crecimiento del valor empresarial total. La afirmación no es nuestra, es de uno de tantos estudios, encuestas e informes que apuntalan la necesidad de liderar la transformación digital de las organizaciones. Pero ese no es el problema; no es que las empresas y directivos no entiendan la necesidad, ventajas y oportunidades del cambio, lo que no entienden es cómo llevarlo a cabo de forma eficaz. El diagnóstico está claro, lo que no está claro es el tratamiento ni el pronóstico.   

Muchas empresas están en estos momentos revisando sus planes de transformación (según una encuesta de BCG, el 80% de las empresas planean acelerar el proceso), y en esa búsqueda de adaptarse lo más rápidamente posible se van a encontrar con la dura realidad: el 70% de los procesos de transformación digital fracasa. 

¿Por qué ocurre esto? Porque no comprenden que se trata de un cambio estratégico que afecta a todos los procesos de negocio, a la organización y a la cultura empresarial. Si no se aborda con una visión global, posiblemente se consigan mejoras puntuales en distintas áreas, pero difícilmente se podrán conseguir todos los beneficios que promete la transformación digital. 

Hemos pedido a Cristina Gallego, Directora Ejecutiva de MIG Embryonic, que nos explique cómo podemos ayudar a estas empresas a gestionar este proceso de transformación reduciendo el fracaso a la mínima expresión y maximizando el impacto en la organización. Para ella, la clave no es solo tecnológica, es metodológica. “La transformación digital conlleva un cambio organizativo profundo que no puede llevarse a cabo sin método. La personalización y el entender al cliente es fundamental y es la base del éxito del proceso. La transformación digital debe atender a los recursos y necesidades de cada compañía, por eso no pretendemos romper con lo que ya funciona sino optimizarlo y hacerlo más eficiente”, señala Cristina Gallego. 

Enfoque holístico para “ser” y no “parecer” 

Para MIG Embryonic, “la transformación digital es un proceso holístico, por lo que nuestro foco lo centramos en la creación de organizaciones que combinen capacidades digitales y humanas que sean capaces de aplicarlas a todos los aspectos del negocio. Hay que vincular transformación con objetivos y resultados, pero también que hay que minimizar errores”. 

Por ello, y más importante, para empezar con un proceso de estas características, “es necesario contar con el apoyo primero de la Dirección General y el Comité de Dirección para trazar la hoja de ruta que contemple la evolución de una empresa que compita en un mundo que ya es digital. No se trata de hacer negocios digitales, marketing digital, comunicación digital, procesos digitales… Es hacer negocios, marketing, comunicación, procesos, etc. en un mundo digital, por eso no se puede abordar la transformación desde un solo prisma y sin un apoyo decidido de la alta dirección”.  

Cristina Gallego cree que otro de los errores es la elección del partner en ese proceso. “El socio ideal para esa transformación debe reunir consultoría de negocio, creatividad, marketing, tecnología&data y gestión del cambio con el objetivo de impulsar y orientar el proceso de transformación organizativa desde la vertiente digital y tecnológica, para convertirlo en una experiencia útil para todos los stakeholders de la marca y para encontrar, desarrollar o perfeccionar nuevas vías de negocio. Es lo que diferencia a MIG Embryonic de otros partners. Nuestra capacidad para actuar en grandes organizaciones como un partner experto en tecnología, data e innovación digital con visión global del proceso de transformación u ocuparnos integralmente de ese proceso en otras empresas y organizaciones de menor tamaño gracias a las capacidades globales de MIG Group, aunando en el proceso a nuestra agencia de marketing omnicanal MIG PRISMA, a la agencia de marketing experiencial MIG Tack y a la consultora experta en people culture management MIG Wellhuman”.  

Y el tercer problema es la carencia de método, actuar solo en un foco -normalmente solo en el ámbito tecnológico- sin pensar en las implicaciones que ese hecho tiene en el conjunto de la organización. “MIG Embryonic ha desarrollado una metodología propia que contempla esa transición hacia un mundo digital definiendo los objetivos y la estrategia de acuerdo a maximizar el impacto en el negocio y en la experiencia de cliente (BE), definir la hoja de ruta y etapas que nos lleven a lograr esas metas (THINK) y poner en marcha un plan para ejecutarlo (DO) y lograr realmente SER una empresa digital, ágil, eficaz, sostenible y profundamente innovadora.  

En cada una de las fases, “MIG Embryonic combina sus capacidades propias o en sinergia con el resto de unidades de MIG para implementar esa transformación holística que transcienda el marco meramente tecnológico”. 

Queda claro, la transformación no es tecnología. Son ideas, tecnología, data, experiencia de cliente y cultura organizativa; es metodología holística; es impulso directivo; y sobre todo, es negocio, personas y futuro. 

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